lunes, 1 de noviembre de 2010

Capeando el temporal

Menudo fin de semana pasado por agua tuvimos los pocos componente de la cuadrilla que nos atrevimos a desafiar al agua y al viento para poder así disfrutar de nuestra afición.
Quiero destacar que no solo nosotros nos atrevimos con el mal tiempo, los peregrinos a Santiago siguen con una fe y un tesón a prueba de todo, y como nos encontramos en época de setas, numerosos aficionados poblaban nuestros montes en busca del preciado fruto.
El Sábado la jornada comenzó con agua y terminó con agua, con la dificultad que esto acarrea para los que cazamos el jabalí "cortando rastros". Aún así y gracias al buén hacer de perros y perreros, logarmos controlar un grupo de ellos en una ladera de bastante quebrada, cosa que sumado al poco personal asistente y al tiempo, no auguraba un resultado satisfactorio.
Armados de una buena dosis  de resignación, procedimos a la suelta de los pulgosos, que tras mucho batallar con el rastro lograron desencamar el primer jetudo, y tras una larga persecución , sacarlo a una de las armadas donde terminó su alocada huida.
Con esas dosis extra de moral seguimos en nuestros puestos ajenos a la manta de agua que se empeñaba en cubrirnos y pronto los perros volvieron a dar con los suidos que quedaban en las camas. A partir de aquí las cosas se descontrolaron  un poco, jetudos y perros lograron romper el cerco, con el consiguiente movimiento de gente para cortar su huida. En esta ocasión la suerte estuvo de nuestro lado y los perros logran meter a los jabalies otra vez a las armadas por nuestra espalda, produciendose dos nuevos lances, con el resultado de otro ejemplar abatido y un buen macho de nuevo dentro del cerco. Voy a destacar en este segundo abate, algo que a los que poseemos perros nos llena de orgullo. Estos jabalies lo traían los cachorros de uno de mis compañeros, solo ellos ,sin el apoyo de ningún can veterano, con lo que el valor de la captura es doblemente importante.
Una vez sujetado los perros y organizado de nuevo a la gente, soltamos sabuesos de refresco en el jabalí que teniamos otra vez dentro del cerco.La persecución fué constante sin que la bestia diera ni una sola vez la cara en ninguna de las armadas hasta que la noche nos obligó a abandonar. Por suerte pudimos recuperar todos los perros y nos retiramos esperando la jornada del día siguiente.
Si el Sábado llovió, el Domingo diluvió. Aún asi logramos controlar rastros en un par de sitios.
En la primera suelta que hicimos no fuimos capaces de mover nada.Sin perder la esperanza, procedimos a cubrir otra zona y probar allí mejor suerte. Suelta masiva de perros, ya que el rastro indicaba un buén macho, y al poco rato de produce el desencame, que tras varias intentonas de romper el  cerco lo hace por la zona menos previsbible. A pesar de todo allí estaban 2 armadas para ponerle freno, con lo que a pesar de la mojadura nos dimos por satisfechos y decidimos retirarnos, dejando otro rastro sin dar.
Terminado el mes de Octubre hacemos balance, y nos encontramos con 18 ejemplares abatidos, que para nuestra zona y nuestra forma de cazar es una cifra muy aceptable.
Noviembre está al empezar y esa será otra historia. Salud

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